PEDAGOGÍA TRADICIONAL Y LOS MODELOS EDUCATIVOS
Por Mtro. Miguel ANAYA
Director de Instituto ANAIAK
INTRODUCCIÓN.
En la historia humana, a lo largo del transitar de las generaciones y por medio del proceso de la enseñanza, cada una de las personas transmiten sus conocimientos, técnicas y habilidades a otras, generando así el producto del desarrollo de la civilización y de su cultura. Desde la Grecia Clásica, los educadores transmitieron conocimientos, como fue el caso de Aristóteles y Platón quienes se reunían con sus pupilos en la paideia, pasaban largas horas instruyendo a quienes, posteriormente, seguirían sus pasos. Hoy día en el aula, la situación entre educados y educadores ha cambiado para asegurar el aprendizaje e implantación de los conocimientos a la vida laboral.
Graham Greene (1904-1991), reconocido novelista británico, mencionó en su Libro: El Tercer Hombre de 1950, que “ser humano es también un deber”, por lo que no basta sólo nacer como humano, sino también llegar a serlo. La característica “ser humano” se pretende como una especie de ideal en la que no sólo es considerada como una denominación específica, la cual se diferencia del resto de los animales, sino que la humanidad biológica además requiere una confirmación posterior en la que por medio del aprendizaje y la relación con otros seres humanos sea confirmada.
Ante la idea anterior, el ser humano sólo llegará a serlo cuando aprenda de los demás y contagie plenamente al resto con su humanidad. Para llevar a cabo la muestra de la absoluta humanidad es necesaria la enseñanza, en la que su propósito principal emanará a partir de los principios básicos de la educación. Cuando los seres humanos intercambian continuamente sus experiencias se obtienen diversos significados, por lo que es aquí donde radica la importancia de educar a los demás de la manera correcta, ya que gracias a esto se moldea la personalidad y por ende su humanidad.
DESARROLLO.
Mediante la educación, identificada por la Real Academia Española (2018) como la “crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes”, de manera estratégica los individuos adquieren conocimientos, se desarrollan y se perfeccionan las facultades morales e intelectuales a través de preceptos establecidos. Aizpuru (2008) hace hincapié en que “la educación implica relación con el otro, involucrarse, ser responsable de la trascendencia no sólo personal sino conjunta” (p.34), donde “el hombre se constituye como persona sólo a través de la relación con los otros” (p.34). Por su parte Nieto (2016) indica que la pedagogía “tiene su origen en lo múltiple y su filiación en una práctica opresora, lo que origina que los conflictos que se derivan de esta procedencia determinen de manera particular a los sujetos que la ejercen” (p.16). Grados (2007) hace mención que la capacitación “es una enseñanza específica para una necesidad específica” (p.53) donde ésta se dirige para satisfacer las necesidades de solución particulares para cada organización.
Delors (1999) manifiesta que las sociedades actuales son sociedades de información, las cuales gracias al desarrollo tecnológico se han diversificado las fuentes del saber, creando así ambientes culturales y educativos con accesos individualizados a gran escala (Gadotti, 2002, p.30). Por tal razón, para llevar a cabo prácticas liberadoras de educación y capacitación, hoy en día es indispensable desarrollar ampliamente un proceso de concienciación de las personas mediante una instrucción que promueva la autorreflexión sobre su tiempo y espacio dentro de las condiciones históricas de la sociedad. La autorreflexión “llevará a la consecuente profundización de la toma de conciencia y de la cual resultará su inserción en la historia, ya no como espectadores, sino como actores y autores” (Freire, 1968, p.9).
PROBLEMÁTICA.
Ante el desarrollo tecnológico, cada vez más las personas cuentan con dispositivos que les permiten estar conectados y actualizados a una vasta red de información global. Sin embargo, esto mismo ha propiciado una disminución en las relaciones sociales de las personas, en las que se identifica una mayor falta de empatía con los seres cercanos haciéndonos más exigentes, perfeccionistas e intolerables cada vez. Refiriéndose a los lugares de aprendizaje, se ha volcado a mantener la máxima competitividad en cada uno de los participantes, donde derivado de este tipo de educación desde los niveles básicos hasta los profesionales, se convierte en una ‘paradoja’, ya que en los centros laborables se busca constantemente la participación, la colaboración y el trabajo en equipo. Lamentablemente, como lo indica Aizpuru (2008) parece ser que “el modelo a seguir es el hombre en soledad, en la profunda soledad engendrada del egoísmo” (p.34).
Según Paulo Freire (1968) el modelo tradicional de la educación que han recibido las personas origina los problemas fundamentales que se presentan en las vías de los países en desarrollo. No existe una metodología de enseñanza para alfabetizados que se encuentre libre de vicios, en los que el educando no es visto como sujeto sino como objeto con la intención e “domesticarlo” a través de los métodos tradicionales de alfabetización. Estos instrumentos responden a la política educacional establecida, en donde “el educando es el objeto de la manipulación de los educadores que responden, a su vez, a las estructuras de dominación de la sociedad actual” (Freire, 1968, p.6). Este proceso de concienciación, o el darse cuenta, llevará a las personas a la liberación de sus pensamientos con la intención de la “integración en su realidad nacional, como sujeto de su historia y de la historia” (Freire, 1968, p.6).
El modelo tradicional educativo, tiene un formato rígido en el que el ambiente en el que se desarrolla se asume que el profesor es el que sabe y el que tiene el conocimiento absoluto, por lo que la participación del estudiante se ve coartada por esta razón. La comunicación y las relaciones interpersonales no son adecuadas, y se dan en función a premio o castigo. La autoridad máxima es el profesor y por lo tanto, el rol que juega el estudiante es de oyente, lo que no le permite adentrarse a nuevas posibilidades de aprender y crear conocimiento, tal como lo propone el constructivismo. Negada la posibilidad de que el alumno piense, analice, refute y proponga.
SOLUCIÓN.
Existiendo un diálogo continuo que permita a cada uno de los integrantes expresarse, comentar y explicar lo que ocurre alrededor de sus vidas. En donde el educador no sea el representante máximo de la autoridad, que inhiba los pensamientos de los demás, sino lo contrario en donde cada uno de los objetivos tanto de la educación como en la comunicación “se centran en el crecimiento personal de los estudiantes; en el fomento a la creatividad, en la promoción de la experiencia de influencia interpersonal a través de la comunicación y del trabajo de grupo” (Aizpuru, 2008, p.35), donde además “la acción comunicativa es entrega a los demás y está cubierta de valores ya que no se persigue el éxito individual sino la armonía y el encuentro interpersonal”.
Hoy en día, gracias a los modelos educativos, se permite la estructuración y el enfoque hacia la manera en que se imparte la educación a través de diferentes teorías y patrones conceptuales pedagógicos, permitiendo así, el desarrollo social de las personas en las diversas organizaciones y comunidades.
Según Díaz Bordenave (1976, citado en Kaplún, 1998, p.2) indica que los modelos de educación fundamentalmente se les puede agrupar en los siguientes:
1. Modelos exógenos: planteados desde fuera del educando, que es visto como el objeto de la educación.
a. En el que pone el énfasis en los contenidos. Identificada como educación tradicional, sólo transmite los conocimientos y valores de persona a persona, es decir, de profesor a alumno. Paulo Freire (citado en Kaplún, 1998, p.4) la identifica como educación bancaria, en donde se le depositan los conocimientos al educando, ya que es el receptáculo de los contenidos de la información. Este tipo de educación es el que ha predominado en el sistema educativo formal en México hasta la reorganización efectuada en el año 2016 donde los principales componentes se están alineando a una nueva estrategia del sistema educativo nacional y que según la Presidencia de la República Mexicana (www.gob.mx) entrará en vigor durante el próximo ciclo escolar 2018-2019.
b. En el que pone el énfasis en los efectos. Reconocida como “ingeniería del comportamiento” se hace cargo del moldeo de la conducta de los seres humanos en base a ciertos objetivos. Este moderno nace como una respuesta ante el modelo tradicional; en dónde se reconoce a la motivación, brinda importancia a la retroalimentación, de manera activa se proponen acciones evitando los programas voluminosos con el propósito de cambio de actitudes y la obtención de resultados. Aunque pareciera liberal es considerado mayormente de la postura autoritaria y se le denomina educación manipuladora.
2. Modelo endógeno: parte del educando, que es visto como sujeto de la educación.
a. En el que pone el énfasis en el proceso. Se distingue por centrarse en la personas y lograr su transformación, así como el de sus comunidades en donde fomenta la interacción dialéctica y la realidad interpretada. Es la considerada “educación liberadora” de Pablo Freire (citado en Kaplún, 1998, p.24).
En la tabla que se muestra a continuación se identifican cada una de las características del educador y del educando para cada uno de los modelos educativos:
Estos modelos no existen independientes en la realidad, por lo que se identifican de manera entremezclada y en diferentes proporciones para cada una de las acciones educativas en donde se acentúan según sus rasgos y características.
Freire (1968) argumenta que el estudio no debe medirse al considerar a los seres “vacíos” a quienes el educador o el mundo “llena” de información impuesta y no necesariamente verdadera (p.61) que implica como un anestésico que inhibe el pensamiento creador de los educandos (p.63). Lo que se debe ahora enfocar es, mediante la educación problematizadora, desafiar a los educandos para que capten su propia acción esforzándose continuamente a la percepción sobre el mundo y cómo se desarrollan en él, aún con el riesgo de presentarse una creciente crítica con los demás, que se desalinee del objetivo primordial.
Los aspectos cognitivos son considerados como los procesos mentales por medio de los cuales los educandos piensan y razonan, se comprende y se conducen en la vida. Para ello es necesario educarlos en base a principios, normas y reglas. Brindar información oportuna que permita el valor agregado a las vidas de los educandos. Como educador aprovechar cada momento de reflexión para que los educandos concluyan cada una de las aportaciones teóricas que complementan y desarrollan su vida. Aizpuru (2008) hace mención acerca del “paradigma humanista” que lo identifica como el medio para llevar a cabo la “formación integral del ser humano, retomando el sentido primigenio de la actividad educativa, creando un sentido de relación significativa y considerando los aspectos cognitivos, afectivos, y sociales” (p.34)
CONCLUSIONES.
La enseñanza permanente de los seres humanos debe entenderse como un proceso continuo perfeccionamiento integral en cada una de las sociedades. Al desarrollarse responsablemente las personas podrán realizarse creativamente en la transformación de su ambiente social, cultural e histórico. Una pedagogía transformadora se encuentra basada, por un lado, en el entendimiento del educador para aplicar la metodología correspondiente según el tema de enseñanza, y por el otro lado, el rol del educando que aprovecha y se involucra en su propio aprendizaje con el afán de enriquecer la misma sociedad.
La educación humanista es la que procura la relación de las personas con el medio en que se desarrollan con la finalidad de no temerle a la libertad de pensamiento, que fomente la recreación, la independencia y solidaridad. Freire (1968) menciona que cuando se identifica la educación como sinónimo de concienciar, es cuando se obtiene el sentido más alto de la palabra mediante el pensamiento político, relacionado a su pensamiento pedagógico.
Se puede identificar que gracias al diálogo continuo que permite el nuevo estilo del educador permite a cada uno de los integrantes expresarse, comentar y explicar lo que ocurre alrededor de sus vidas. Ya no se considera al educador como el representante máximo de la autoridad, que inhiba los pensamientos de los demás, sino lo contrario, en donde cada uno de los objetivos tanto de la educación como en la comunicación “se centran en el crecimiento personal de los educandos; en el fomento a la creatividad, en la promoción de la experiencia de influencia interpersonal a través de la comunicación y del trabajo de grupo” (Aizpuru, 2008, p.35).
REFERENCIAS.
Aizpuru, M. (septiembre, 2008). La Persona como Eje Fundamental del Paradigma Humanista. Acta Universitaria. Dirección de Investigación y Posgrado, 18(1), pp.33-40.
Freire, P. (1968). Pedagogía del Oprimido. (pp. 50-69).
Freire, P. (1992). Pedagogía de la esperanza. Reencuentro con la pedagogía del oprimido. México: Siglo veintiuno editores.
Gadotti, M. (2000). Pedagogía de la tierra. México: Siglo veintiuno editores.
Greene, G. (1950). El tercer hombre. Editorial Sudamericana.
Grados, J. (2007). Capacitación y desarrollo de personal. México, D.F.: Editorial Trillas.
Kaplún, M. (1998). Periodismo cultural. La gestión cultural ante los nuevos desafíos. Revista Latinoamericana de Comunicación, Chasqui 64. Nieto, L. (2016). Pedagoga ¿ser-vil? Institución, poder y sujeción. México: Ediciones Nandela.
Presidencia de la República Mexicana. Portal único de trámites, información y participación ciudadana (www.gob.mx). Consultado el 15 de Septiembre de 2017 de https://www.gob.mx/modeloeducativo2016/articulos/preguntas-frecuentes-48274
Real Academia Española (enero de 2018). Diccionario de la lengua española.